Descubre el Valle de Ribes
El Valle de Ribes incluye los pueblos de Campelles, Planoles, Pardines, Queralbs, Toses y Ribes de Freser, capital económica del Valle, y se encuentra en la comarca del Ripollès, al Noroeste.
La riqueza ecológica de el entorno es el principal atractivo de la zona, el agua està presente en cualquier rincón y toma forma de fuente, chorro o torrente.Tres son los ríos que confluyen en Ribes de Freser: el Rigart, el Freser y el Segadell.
La Cabra Montesa, el halcón, l’"Isard", el águila dorada, las ovejas, las vacas y los numerosos rebaños de corderos son los dueños de las árboles, de los prados y la alta montaña con sus caminos y pequeñas sendas apropiados para hacer excursiones y paseos bajo la sombra.
Desde cualquier lugar se pueden descubrir panorámicas inesperadas e imágenes hasta hoy inéditas, como por ejemplo, la arquitectura rural que se integra perfectamente con el paisaje y los testigos de la presencia labradora: desde los corrales, las saleras y a las cabañas de los pastores.
El románico pero es el vestigio más relevante del Valle: desde importantes conjuntos monumentales hasta pequeñas iglesias que se mezclan entre castillos medievales y edificios modernistas consolidando así un bien patrimonio en el territorio.
La oferta gastronómica es rica de productos artesanos como la miel, los "mets", los lácticos, los gamos, el requesón, los embutidos y la carne típica de la zona y la oferta cultural llena de costumbres y tradiciones de montaña; la oferta natural es el paisaje atractivo por excelencia y la oferta patrimonial es la estampa de diferentes épocas arquitectónicas que se funden con un servicio terciario dinámico y con toda una infraestructura turística complementaria
La riqueza ecológica de el entorno es el principal atractivo de la zona, el agua està presente en cualquier rincón y toma forma de fuente, chorro o torrente.Tres son los ríos que confluyen en Ribes de Freser: el Rigart, el Freser y el Segadell.
La Cabra Montesa, el halcón, l’"Isard", el águila dorada, las ovejas, las vacas y los numerosos rebaños de corderos son los dueños de las árboles, de los prados y la alta montaña con sus caminos y pequeñas sendas apropiados para hacer excursiones y paseos bajo la sombra.
Desde cualquier lugar se pueden descubrir panorámicas inesperadas e imágenes hasta hoy inéditas, como por ejemplo, la arquitectura rural que se integra perfectamente con el paisaje y los testigos de la presencia labradora: desde los corrales, las saleras y a las cabañas de los pastores.
El románico pero es el vestigio más relevante del Valle: desde importantes conjuntos monumentales hasta pequeñas iglesias que se mezclan entre castillos medievales y edificios modernistas consolidando así un bien patrimonio en el territorio.
La oferta gastronómica es rica de productos artesanos como la miel, los "mets", los lácticos, los gamos, el requesón, los embutidos y la carne típica de la zona y la oferta cultural llena de costumbres y tradiciones de montaña; la oferta natural es el paisaje atractivo por excelencia y la oferta patrimonial es la estampa de diferentes épocas arquitectónicas que se funden con un servicio terciario dinámico y con toda una infraestructura turística complementaria